Saturday, June 19, 2010

Ego

Hoy, después de muchísimo tiempo me vuelvo a sentar a escribir, y como es usual, lo hago a altas horas de la madrugada, escuchándo música y pensando en mi narcótico personal, un joven del pasado. Acabo de leerle y no puedo más que pensar que el tiempo pasa muy rápido.

Es curioso porque ahora que lo pienso hace ya más de un año que mi vida cambió por completo, y no lo digo sólo por él, sino por mí mismo. Es impresionante cuánto he logrado cambiar en este último año. Me siento una persona completamente distinta al José de 15 años, aquel chicuelo tímido, pasivo, lascivo y sumizo. Ese que se dejaba impresionar fácilmente por las personas; ése que endiosaba descaradamente a las personas. Ese que tenía pavor a quedarse y vivir en soledad. El José de hace un año no era capaz de defenderse solo, de ser fuerte y coherente, de ser firme ante sus desiciones. El José de hace un año no sabía cuándo decir que sí y cuándo decir que no.

Han cambiado muchas cosas, desde mi forma de vestir, de hablar, de relacionarme hasta las personas con que lo hago. No digo que haya cambiado absolutamente todo, ni que sea de esas personas que cada año se reinventan, pero sí siento que hace un año inicié una nueva etapa de mi vida que quiero seguir por este año y tal vez por muchos otros. Es curioso ahora que lo pienso, porque el José de hace un año le tenía pánico al cambio y a enfrentarse a un nuevo mundo, lleno de riesgos y posibilidades. Y no quiero decir que soy una mejor persona ahora que antes, porque a decir verdad no sería del todo cierto ni del todo falso, simplemente me he redescubierto y he encontrado en mí un ser humano complejo, un tanto egoísta, pero supremamente fuerte a pesar de todo. Me gusta cómo soy, y estoy orgulloso de quien soy. Tengo errores, claro está, pero día a día lucharé por corregirlos porque así soy yo, "el nuevo yo". Descubrir que me gusta verme en el espejo y reconocerme es algo maravilloso, es algo que nunca pensé en experimentar antes.

Pero basta de egocentrismos, ¿sí?...